Mi horrible costumbre de cambiarme de carril y de convertir mi novela en lo que no es.

El otro día estaba merendando con Charlie y no sé cómo salió el tema de mi tendencia paranoica a cambiarme de carril en los atascos.

Siempre pienso que el mío no anda, que la he liado y que he elegido el peor. Así que empiezo a zigzaguear frenéticamente, lo que al final acaba siendo más perjudicial que beneficioso (Ouch).




He estado dándole vueltas al asunto y me he dado cuenta de con la escritura me sucede exactamente lo mismo. Cada vez que leo un libro que me abruma y que me provoca mariposas en el estómago, paso por una especie de proceso que comienza con la euforia más absoluta y desemboca en la necesidad obsesiva de cambiar mi proyecto para asemejarlo a la novela que acabo de leer.

En los últimos meses he querido convertir C en Crepúsculo, en los Juegos del Hambre, y en Cazadores de Sombras. He escrito y reescrito las mismas escenas desde diferentes perspectivas y con voces narrativas radicalmente opuestas. Y lo único que he logrado ha sido acabar hastiada y completamente desmotivada.

Mi problema era que no estaba escuchando a mis personajes, ni a mi historia, ni a nadie excepto a mi Editor Interno, que me repetía incesantemente “Tu carril es una mierda. Cámbiate a otro. Tu historia es una basura. Cámbiala”

Siempre he pensado que es bueno ser autocrítico y saber analizar e identificar las cosas que nos encantan de otras novelas. Pero he aprendido que hay que huir de la tentación de revisar y reescribir mientras estamos trabajando en el primer borrador.

Porque éste es el momento de ser libres, salvajes y creativos hasta la muerte. Da igual si hay incongruencias, personajes planos o escenas mierderas. ¿Porque sabéis qué? Cuando hayamos acabado el primer borrador, podremos volver atrás y cambiar lo que queramos. Porque nada es definitivo.

He ahí precisamente la parte increíble y maravillosa del primer borrador. La parte que yo (hasta ahora) nunca había logrado disfrutar. EL CAOS.

Y la certeza de que más tarde (en la fase de reescritura/revisión/edición) podremos escarbar en el desorden, transformarlo en algo diferente y sacar a la luz la parte más auténtica y hermosa de nuestra escritura.

Así que mi recomendación de hoy para todos vosotros que estáis trabajando en una novela es:

Disfrutad del caos, escuchad únicamente la voz de vuestra propia historia y dejad de cambiaros de carril. Porque podéis acabar contra un muro. O contra algo incluso peor.



Feliz escritura!

Sofía R.

2 comentarios:

Marta Cruces Díaz dijo...

La foto final no es muy alentadora pero estoy de acuerdo con lo que dices, hay que ser un poco caótico y salvaje para intentar lograr algo fresco y nuevo aunque es lógico que nos sintamos muy influenciados con lo que veamos, leamos y demás (de ahí lo de culo veo, culo quiero).
Espero que todo te vaya muy bien y que la que tenga una feliz escritura... seas tú ;D

Eric dijo...

No es malo dejarse influenciar por otros autores, todos tenemos alguien cuyo estilo nos apasiona y al que nos gustaría parecernos un poco. Quizá el problema viene cuando las influencias constantes te hacen cambiar como una veleta cada dos por tres, impidiendo que definas realmente lo que quieres transmitir con tu historia... y la forma en la que piensas hacerlo. Y sobre todo, generando una insatisfacción permanente con tu novela.

Hay una manga que leo sobre dos chavales que quieren, precisamente, dibujar manga. Una de las primeras cosas que aprenden es que pueden analizar lo que gusta a la gente, lo que buscan los editores, y trabajar de acuerdo a ello: la prueba es el patrón existente para cada género de manga. Sin embargo, un editor les cuenta que los que logran llegar lejos son los que dejan salir lo que llevan dentro, los que no escriben de cara a lo que un hipotético crítico va a aceptar como publicable.

Tu eres precisamente el tipo de escritora que escribe lo que lleva dentro sobre la marcha, que planifica menos y es más espontánea. Por eso quizá eres más vulnerable a las influencias, porque aunque haya mucho en tu cabeza, sigue necesitando de un molde para tomar forma cuando te pones a escribir. Pero es precisamente eso, esa espontaneidad que te caracteriza, la que tienes que recuperar y poner por delante de todo lo demás. Sólo así escribirás una novela que signifique algo para tí ahora, mañana, y cuando la releas dentro de más tiempo.

Sigue escribiendo, sigue persiguiendo tu sueño, cada vez está más cerca :-)

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